Investigación de la Dra. Cerrano sobre la intervención de Uruguay y Estados Unidos en las elecciones de 1946 en Argentina

La investigación partió de la participación que tuvo el canciller uruguayo Eduardo Rodríguez Larreta en el triunfo de Perón 
Investigación de la Dra. Cerrano sobre la intervención de Uruguay y Estados Unidos en las elecciones de 1946 en Argentina

La Dra. Carolina Cerrano, directora de la Maestría en Historia de la Facultad de Humanidades y Educación (FHUMyE) de la UM, desde el 2019 ha investigado la intervención uruguayo-estadounidense en la campaña presidencial argentina de 1946, entre otros temas. Referido a esto, ha publicado dos artículos académicos que se centran en la participación de Eduardo Rodríguez Larreta, ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay (1945-1947): “El impacto de la doctrina Larreta en la política interna uruguaya (1945-1946)” y “De Rodríguez Larreta al Libro Azul. Revisitando el triunfo electoral de Perón en 1946”.    

“Centré mi estudio en las relaciones entre Argentina y Uruguay en ese contexto histórico, y en ese momento aparece la figura de Eduardo Rodríguez Larreta como canciller del Uruguay, uno de los grandes dirigentes de lo que fue el Partido Nacional Independiente”, explicó Cerrano.  

Un olvidado y explosivo documento diplomático   
 
La investigación de Cerrano partió con el estudio de una nota que, el 21 de noviembre de 1945, Eduardo Rodríguez Larreta, ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, envió a las cancillerías americanas, entre ellas a la de Argentina. Este documento diplomático, señaló Cerrano, proponía discutir la posibilidad de una “intervención multilateral” en dictaduras que violasen “derechos esenciales del hombre y del ciudadano” en el orden interno, aunque esos regímenes no fueran -de forma inmediata y directa- una amenaza para la paz regional.   

La nota titulada “Paralelismo entre la democracia y la Paz” tuvo un enorme impacto mediático en el continente. Si bien se refiere “a sucesos notorios” de violaciones de derechos humanos, “la mayoría de los contemporáneos americanos de diferentes colores políticos la interpretaron dirigida a la dictadura argentina, presidida por Edelmiro Farrell y Juan Domingo Perón”, destacó Cerrano. Asimismo, Estados Unidos con su “completa e inmediata adhesión” despertó sospecha de la autoría intelectual de la nota oriental.    
  
De este modo, el canciller uruguayo quebró una tradición de política exterior de su país que había velado por la defensa del “principio de no intervención” en distintas conferencias internacionales. La gestación de la nota tuvo varias etapas, teniendo como punto de partida una consulta estadounidense realizada el 10 de octubre a las cancillerías americanas en las que se les informaba que la dictadura argentina era una “amenaza totalitaria” que ponía en riesgo la paz del continente. Estados Unidos preguntaba si estaban de acuerdo con su tesis y si querían colaborar con más pruebas para evaluar si tomar o no acciones en su contra.   
  
Lo que pasaba en Uruguay   

En la vecina orilla, Uruguay demoró la respuesta a los Estados Unidos hasta el 19 de octubre. “Los acontecimientos argentinos del día 17 no pasaron desapercibidos. La multitudinaria movilización que pidió la liberación de Perón fue una señal de alarma por su popularidad, ya que era tildado por sus enemigos de nazi-fascista. El recuerdo de la Segunda Guerra Mundial estaba vivo, por ello el temor de un nazi-fascismo criollo en la Argentina era un peligro para la paz regional. El gobierno uruguayo respondió que el rumbo político del país vecino era imprevisible, por lo que recomendó actuar con prudencia y esperar”, dijo Cerrano.    

No obstante, se explica en la investigación de la docente de FHUMyE, la respuesta oriental contenía varias frases que el Departamento de Estado encontró valiosas y así sugirió a Rodríguez Larreta elaborar un nuevo documento para los países americanos. Así se fue incubando la “doctrina Larreta”, en el vocabulario de sus defensores.   

La doctrina Larreta   

La doctrina Larreta cosechó escasas adhesiones, sentenció Cerrano luego de su estudio. A la “completa adhesión” de Estados Unidos solo se sumaron Guatemala, Venezuela, Panamá y Nicaragua. Las respuestas adversas de los demás países llevaron al entierro diplomático de la nota.   

Entre los principales argumentos del rechazo destacan que el principio de no intervención era una “bandera sagrada” conquistada en las diferentes conferencias interamericanas, y que hacía escasas semanas se había aprobado la carta de la naciente Organización de las Naciones Unidas, la que dejaba en manos del Consejo de Seguridad la intervención militar si un régimen fuera una amenaza real a la paz. Además, todavía faltaba una definición unánime del concepto de derechos humanos; y afirmaban que Latinoamérica no se destacaba por ser un “paraíso democrático” y tenía un largo historial de caudillos dictatoriales, por lo cual se sentaba un precedente peligroso.   

“Ha sido olvidado en la memoria popular e historiográfica”   

La victoria de Perón en las elecciones presidenciales del 24 febrero de 1946 conllevó una serie de represalias contra Uruguay, como el bloqueo del turismo y el corte del suministro de trigo, especialmente grave para la nación oriental en un año de malas cosechas. “Al final, las relaciones de Uruguay con el primer peronismo nacieron con el estigma de la desconfianza y el resentimiento argentino. Uruguay apostó al candidato perdedor y, de hecho, su futuro presidente Luis Batlle Berres en sus programas radiales había sintetizado que la lucha electoral era entre Hitler o Tamborini, candidato de la Unión Democrática opositora a la fórmula de Perón”, remarcó Cerrano.  

Para la investigadora, “la doctrina Larreta fue un eslabón del involucramiento estadounidense en la transición política argentina, y a diferencia del Libro Azul ha sido olvidado en la memoria popular e historiográfica”. Sin embargo, el escándalo de la doctrina uruguaya tuvo un formidable impacto diplomático y mediático en el continente, y así lo atestigua la voluminosa documentación conservada en las cancillerías rioplatenses.  

Crédito: Entrevista a Carolina Cerrano, “Olvidado y explosivo documento diplomático”.