«En la “era de la imagen” todo producto visual ya no supone una mera fuente complementaria en la tarea del historiador. Las pinturas, las esculturas, los monumentos, las publicidades, las fotografías, las películas, las caricaturas, ilustraciones y afiches se han convertido en fuentes documentales de suma importancia a la hora de reflexionar sobre procesos político-culturales y representaciones sociales. No obstante, se trata de objetos cuyo lenguaje requiere un abordaje específico, partiendo de una metodología de análisis que supere la mera aproximación empírica. Tomando entonces como ejemplo imágenes, monumentos y obras de arte de diversos períodos, sumado a la aplicación de distintas metodologías -según éstas lo requieran-, este curso propone reflexionar sobre cómo el investigador debe afrontar la relación existente entre las artes visuales y la historia política, social y cultural».