Ana Lariau
Cuando Ana Lariau salió del liceo no sabía a qué se dedicaba un economista. Sin embargo, fue la carrera que finalmente eligió. La reputación en formación empresarial, valores que compartía, el programa de pasantías y la posibilidad de obtener una beca fueron razones decisivas a la hora de elegir la UM. Obtuvo una beca a la excelencia y comenzó un trayecto que finalizó con el título de Licenciada en Economía.
Luego de eso, y ya trabajando, decidió no abandonar los libros y cuadernolas y comenzó a cursar materias del Máster en Economía de la UM. La vida laboral la llevó a la sede del Banco Mundial de Montevideo y ahí confirmó un camino por el que había comenzado a avanzar durante sus años en la UM: la marcoeconomía. “Descubrí cómo podía aplicar todo lo que aprendí en la universidad al diseño e implementación de políticas públicas que tuvieran un impacto en mi país” contó.
Una vez más, eligió mirar más alto y aplicó a un PhD en Economía en Boston College. “A posteriori, me doy cuenta que lo que aprendí en el Máster en Economía de la UM me permitió llegar mucho mejor preparada al doctorado. Tenía unas bases teóricas muy sólidas, que me facilitaron la vida en los primeros años”, contó. Durante el último año, busco trabajo a través del job market, una herramienta que facilita a estudiantes del último año de doctorado el acceso a un empleo.
Hoy es parte del staff de economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, un lugar en el que aseguró que trabaja para convertir el estudio y la investigación en soluciones: “Lo que más me apasiona de mi carrera es que puedo tener un impacto en la realidad de algún país a través de mis conocimientos y de mi trabajo”. Actualmente integra la unidad de Centroamérica y luego será asignada a otra. En la siguiente entrevista, la alumnide la Facultad de Ciencias Empresariales y Economía (FCEE) cuenta su historia:
¿Por qué decidiste estudiar Economía en la UM?
Al salir del liceo ni siquiera sabía lo que hacía un economista, ¡por lo que la decisión de estudiar Economía fue menos racional de lo que me gustaría admitir! Había hecho Humanístico con orientación Economía, así que ya tenía una inclinación para ese lado, pero mi idea original era hacer la Licenciatura en Administración de Empresas o la carrera de Contador Público. Y con ese propósito salí en la búsqueda de una universidad. La UM me atrajo por varios motivos. Primero, las sinergias entre la UM y el IEEM, con su reconocido MBA, me inspiraban mucha confianza en lo que respecta a la formación en el área empresarial. Segundo, la formación en valores y la aspiración a la excelencia académica, que forman parte de la identidad cristiana de la universidad, y que estaban muy alineadas con mis propios principios y creencias. Tercero, el programa de pasantías profesionales como parte del currículo, que le permite a los alumnos adquirir experiencia laboral sin afectar el programa de estudios. Por último, y no menos importante, la amplia oferta de facilidades de financiamiento y becas. En particular, la UM me otorgó una beca a la excelencia en mi primer año por mi desempeño académico en el liceo y, obviamente, eso hizo la diferencia — ¡y sobre todo a mis papás! — al momento de tomar la decisión.
Luego de terminar la licenciatura y ya trabajando comenzaste a cursar el Máster en Economía de la UM, ¿por qué tomaste esa decisión?
Cuando me gradué conseguí inmediatamente un trabajo que ofrecía un programa de apoyo financiero a quiénes quisieran tomar cursos de posgrado. En este marco decidí cursar unas materias del Máster en Economía de la UM. No lo hice con un objetivo concreto, pues en ese momento ni siquiera tenía en mente irme a hacer un doctorado al exterior. Pero los estudios de posgrado son siempre bien valorados en el mercado laboral y pensé que hacerlo podría abrirme puertas y nuevas oportunidades. Además, era una forma de no perder mi vínculo con la UM. A posteriori, me doy cuenta que lo que aprendí en el Máster en Economía de la UM me permitió llegar mucho mejor preparada al doctorado. Tenía unas bases teóricas muy sólidas, que me facilitaron la vida en los primeros años. Además, el no perder el contacto con la UM me permitió profundizar el vínculo con algunos profesores que después me ayudaron muchísimo en el proceso de postulación a los programas de doctorado.
Mientras eras estudiante, ¿qué expectativas tenías respecto a tu futuro laboral?
Como te decía, al principio no tenía las cosas muy claras. A medida que fui avanzando en la carrera y profundizando en las materias de Economía, y con la ayuda de las pasantías, fui definiendo mejor mi perfil como macroeconomista. Pero fue mi trabajo como economista local en la oficina del Banco Mundial en Montevideo lo que marcó mi futuro laboral. Ahí me di cuenta que la macroeconomía es definitivamente lo mío. Además, descubrí cómo podía aplicar todo lo que aprendí en la universidad al diseño e implementación de políticas públicas que tuvieran un impacto en mi país. Por otra parte, viendo el perfil de los economistas que trabajaban conmigo, me surgió el interés de hacer un doctorado en el exterior que cambió totalmente mis perspectivas laborales. Cuando era estudiante en la UM nunca me habría imaginado que terminaría trabajando en Washington en el FMI.
¿Qué es lo que más te apasiona de tu carrera?
Lo que más me apasiona de mi carrera es que puedo tener un impacto en la realidad de algún país a través de mis conocimientos y de mi trabajo. Me gusta ser capaz de pensar modelos teóricos y de realizar análisis econométricos que después puedan ayudar a las autoridades de algún país a la hora de tomar decisiones. Me gusta poder hacer investigación aplicada, que no se quede en lo abstracto, sino que pueda contribuir a las políticas públicas. Y es un privilegio poder hacer esto en una institución multicultural y de alta reputación como es el FMI.
¿Qué les dirías a los estudiantes que cursan la Licenciatura en Economía?
Les diría que aspiren a lo más alto, que nada es imposible. Siendo estudiante en la UM nunca me imaginé que podría irme a hacer un doctorado al exterior o trabajar en instituciones como el Banco Mundial o el FMI. Sin embargo, con trabajo duro y mucho esfuerzo, y aprovechando cada una de las oportunidades que se me presentaron, se puede lograr. También los animaría a aprovechar todo lo que la UM tiene para ofrecer. Asimismo, a tratar de aprender lo más posible de un cuerpo de profesores de alto nivel y a descubrir qué es lo que realmente les gusta, haciendo un uso inteligente de las prácticas profesionales. Les sugeriría que, si tienen la posibilidad, usen los programas de intercambio que ofrece la UM para hacer una experiencia en el exterior, que siempre te abre la cabeza, te hace crecer, y te permite conocer gente extraordinaria.
Entrevista publicada en setiembre de 2017.