Clases en Montevideo desde Quebec, Guadalajara y Buenos Aires
En el hemisferio norte se acerca el invierno y, rodeado de nieve desde su casa en Quebec, Canadá, Olivier Vachon se conecta a las clases del curso “Propiedad horizontal”, dictada por profesores de la Universidad de Montevideo (UM) en Uruguay.
Otro de los cursos de postgrado de la Facultad de Derecho (FDER) —“Contratación de activos intangibles”— también cuenta con la presencia virtual de estudiantes internacionales: Liliana López, que asiste desde Buenos Aires, Argentina, y Erick Rodríguez, que por la diferencia horaria se conecta a la clase a las 5:30 de la mañana en Guadalajara, México.
La abogada argentina y el abogado mexicano conocieron el curso gracias a uno de los profesores, el Dr. Hernán Bobrovsky, con quien habían tenido clases virtuales en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) de Argentina.
En el caso del alumno canadiense, quien descubrió el curso en una publicidad fue su novia, que es uruguaya. Vachon trabaja como consejero y tasador de transacciones inmobiliarias para el gobierno de Quebec y decidió inscribirse para practicar el español, traducir los conocimientos profesionales que sabe en francés y tener la oportunidad de hacer nuevos contactos profesionales, teniendo en cuenta la posibilidad de trasladarse un día a Uruguay.
Rodríguez opinó que el curso “resulta un excelente foro de discusión sobre experiencias prácticas en materia de contratación de derechos intelectuales”. Relató que trabaja en una institución de educación superior y la negociación de contratos en esta materia forma parte de su actividad diaria. “Por lo que conocer la perspectiva uruguaya, argentina y paraguaya, a través de los docentes, nutre bastante mi acervo profesional, a lo cual se suman también las contribuciones de los colegas inscritos”, dijo.
Por su parte, López indicó que el curso le ha resultado útil teniendo en cuenta la “escasa normativa” que existe sobre propiedad intelectual y su contratación en la legislación y la “constante evolución tecnológica y la exposición en Internet y redes de todo tipo de creaciones intelectuales, que ha ido modificando los negocios y sus contratos”.
“El curso me ha aportado mayor comprensión de estos negocios y me ha dado herramientas para brindar un asesoramiento más efectivo, advertir de situaciones específicas dependiendo del lado de contratación del que nuestro cliente se encuentre y poder brindarle soluciones prácticas a la hora de contratar. Me ha sido muy útil también todo el material, modelos, artículos, fallos y recomendaciones”, aseguró.
“¡Tener un acceso tan fácil a ciertas universidades en otras partes del mundo es genial!”, expresó Vachon. Al mismo tiempo, reconoció que de esta forma es menor “el aspecto social de la universidad”, pero aseguró que “los beneficios superan a las desventajas”, porque “aumenta y facilita el acceso al conocimiento”.
Con respecto al impacto de la pandemia en el sector inmobiliario, en el que trabaja, el canadiense opinó que es un área que “cambia a largo plazo” y tiene esperanzas de que saldrá adelante. Considera que este sector depende mucho del turístico y, en ese sentido, es necesario mantenerlo vivo.
Para ilustrarlo, recordó que después del 11 de setiembre de 2001 muchos dijeron que “era el fin de los edificios verticales altos” y, sin embargo, “hemos construido edificios altos en cantidades impresionantes y no solo para trabajar, ¡algunos para vivir!”. «Entonces, creo que la “nueva normalidad” va a ser muy parecida a la “vieja normalidad” que conocemos», concluyó.