La investigación “Efecto del programa de mensajería electrónica Crianza Positiva en las interacciones lingüísticas entre adultos y niños” de la Facultad de Ciencias Empresariales y Economía (FCEE) de la UM fue publicada en el Journal Behavioral Public Policy de Cambridge University Press, donde trabaja como editor George A. Akerlof, premio Nobel de Economía 2001. El trabajo destacado fue realizado por Ana Balsa, Florencia López Boo, Juanita Bloomfield, Alejandrina Cristia, Alejandro Cid, María de la Paz Ferro, Rosario Valdés y María del Luján González.  

Existe una amplia variabilidad en el desarrollo del lenguaje desde una edad temprana en la vida, desde los ocho meses. Las experiencias tempranas se encuentran entre los predictores más importantes del desarrollo del lenguaje, junto con la educación materna. Se ha detectado que las intervenciones de los padres que se enfocan en la capacidad de respuesta y los patrones de comunicación del cuidador son efectivas para cambiar el comportamiento de los padres y promover el desarrollo del lenguaje, con algunos informes de efectos a largo plazo sobre el rendimiento académico y los resultados económicos en la edad adulta.  Sin embargo, estos programas, en muchos casos, requieren muchos recursos y son difíciles de ampliar.  

A partir del estudio del programa de mensajería electrónica “Crianza Positiva”, los investigadores de la FCEE evaluaron los efectos de mensajes electrónicos de texto y audio sobre patrones de interacción lingüística entre el cuidador y el niño. Este programa es una intervención de seis meses para familias con niños de 0 a 2 años cuyo objetivo es fortalecer las competencias de los padres. Su diseño utiliza herramientas de comportamiento como recordatorios, sugerencias de acción y mensajes de aliento para reforzar y mantener las prácticas de crianza positivas.   

Las familias de veinticuatro centros de primera infancia en Uruguay, que completaron un taller de ocho semanas, fueron asignadas al azar por los investigadores para recibir o no mensajes móviles. Después del programa, se grabaron en video sesiones de diez minutos de juego libre entre el cuidador y el niño, y decodificaron patrones de lenguaje usando técnicas automatizadas.   

Como resultado, la intervención tuvo éxito en mejorar la calidad de las vocalizaciones de los padres, según lo medido por el rango de tono de los padres. También se encontró evidencia sugestiva de aumentos en la duración de las vocalizaciones de los adultos. Los resultados son consistentes con una participación más frecuente de los padres en la lectura, la narración de historias y la descripción de cosas al niño. Respecto al niño, se detectó una disminución no robusta en la duración de las vocalizaciones, que los investigadores de la FCEE atribuyen a un efecto de desplazamiento por parte del cuidador en el contexto de una actividad sugerida fija de diez minutos y un rol parental más proactivo.