Panel “Las Humanidades en la revolución del mercado laboral”
La Facultad de Humanidades y Educación (FHUMyE) de la UM organizó un panel sobre las Humanidades y la revolución del mercado laboral. En el encuentro virtual, expusieron el director de CERES y profesor del IEEM, PhD. Ignacio Munyo, el decano de FHUMyE, PhD. Francisco O´Reilly y la ejecutiva de CAF, Mag. María Eugenia Miquilena.
En la actualidad, muchas aptitudes y técnicas están siendo automatizadas. Sin embargo, la reflexión, la preocupación por los dilemas éticos, la elaboración de pensamiento y el afán por encontrar nuevas respuestas a los problemas, son habilidades que no podrán ser remplazadas. De esto se habló en el encuentro del martes 3 de agosto.
“Los trabajos que tienen poco de estos tres componentes están siendo cuestionados”
Ignacio Munyo, economista por la Universidad de la República (UdelaR) y doctor en Economía por la Universidad de San Andrés, publicó recientemente un libro titulado “La revolución de los humanos: El futuro del trabajo”. En la actividad de la FHUMyE, Munyo reflexionó algunas experiencias de dicha obra y explicó que, previo a la pandemia por Coronavirus, Uruguay había perdido 50.000 puestos de trabajo: “Nos dimos cuenta de que lo que era el futuro del trabajo, era el presente del trabajo. Los puestos que se habían perdido, previo a la pandemia, eran los que habíamos catalogado anteriormente como automatizables. Todos los puestos que se van perdiendo (lo han dicho personas que dirigen empresas de todos los rubros), son puestos automatizables”.
Dentro de las actividades laborales que el profesor del IEEM destacó como “difíciles de sustituir” se encuentran los trabajos de habilidad manual artesanal fina; los trabajos que requieren de gran creatividad para resolver problemas que aparecen en cualquier tipo de interacción humana; y los trabajos que requieran empatía e inteligencia emocional. “Los trabajos que tienen poco de estos tres componentes están siendo cuestionados”, afirmó Munyo.
“Muchas personas tienen estas habilidades inherentes desde el nacimiento, pero otras no. Claramente, se pueden aprender y mejorar. Cuando uno piensa en el futuro del trabajo, la enorme mayoría de la población va a trabajar en habilidades humanas. El gran desafío que hay a nivel profesional y educativo es cómo desarrollar esas habilidades humanas para aquel que no las tiene, y mejorarlas en aquellos que sí las tienen. Va a ser lo que, en el fondo, se va a terminar valorando en el mercado del trabajo”, explicó.
Muchas veces, afirmó Munyo, hay personas que tienen el gusto por las Humanidades y se ven truncados por el miedo de no tener una proyección laboral. “Ese es el principal error que hay que tratar de evitar. Hay que animarse a hacer lo que a uno le gusta. Si lo haces bien, va a haber, y cada vez más, proyección laboral”, concluyó el experto.
“El componente de las Humanidades ha sido siempre la formación humana, en el sentido básico del término”
Francisco O´Reilly, doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra y actual decano de la FHUMyE de la UM, explicó cómo se pueden enseñar estas habilidades desde la academia. O´Reilly señaló que las emociones se aprenden, “primero, a entenderlas y, luego, a verbalizarlas. No es lo mismo estar molesto, tener un enojo o tener ira. Estas emociones se aprenden a entender y explicarlas con la ayuda de las asignaturas humanísticas. Por ejemplo, Literatura es una materia en la que se lee ‘El Quijote’, un idealista, con problemas de comprensión del mundo... cuando estudias y lees textos, estás aprendiendo actitudes frente a la vida”.
El decano de la FHUMyE sostuvo que “el componente de las Humanidades ha sido siempre la formación humana, en el sentido básico del término”, y agregó: “Es importante el ‘conócete a ti mismo’. Cuando uno sabe quién es, sabrá si puede llegar a ocupar determinado rol laboral. En el estudio de las Humanidades se adquieren estas habilidades tan necesarias”.
“Hay cosas concretas que ofrecerle al mundo del trabajo desde las humanidades”
María Eugenia Miquilena, licenciada en Filosofía por la Universidad Central de Venezuela y magíster en Políticas Públicas por el IESA, trabaja como ejecutiva principal en el CAF - Banco de desarrollo de América Latina. Miquilena contó de su experiencia como humanista que cursó un programa en la Escuela de Negocios del IESA, en Venezuela. “Todos mis compañeros de clase venían de las ciencias duras y las ciencias sociales. Yo era la única humanista. A ese grupo le hizo muy bien que yo estuviera, y a mí me hizo mucho bien que ellos estuviesen, fue una combinación interesante”, contó Miquilena.
“Cuando hice la carta para entrar a esta escuela de negocios sabía que era ‘rara’, y ahí entró mi creatividad... con la que tenemos que jugar los humanistas para poder ‘vendernos’ en el mercado laboral, desde una temprana edad. En la carta expliqué que yo tenía una visión de la ética y la moral que le hace falta al país, a la región y al mundo; y que me gustaría incorporar nuevos saberes entre mis compañeros de otras áreas de especialización”, recordó Miquilena.
En el mercado laboral, sentenció la experta, “sin duda, hay herramientas para que la creatividad sea creíble. Hay cosas concretas que ofrecerle al mundo del trabajo desde las humanidades (…) Tener las habilidades es necesario, y desarrollarlas; pero la perseverancia también es muy importante”.
Respecto a su trabajo en el CAF - Banco de desarrollo de América Latina, Miquilena. compartió: “Es muy gratificante trabajar con pares que sienten que les aporto a su trabajo y les agrego valor a partir de mi empatía y de que entiendo los distintos saberes... que luego los sé traducir en un documento que parece duro, pero yo lo hago que no sea tan duro con un enfoque humano”.