Maestras rurales por una semana
Anna Zwaig, Agustina Nervi y Noelia Medina, alumnas de la Carrera de Magisterio de la Facultad de Humanidades y Educación (FHUMyE), tuvieron oportunidad de aprender cómo ejercer su profesión en el medio rural. En el marco de sus prácticas docentes, fueron a la Escuela Nº 56 "Ansina" de Pueblo Álvarez, a 50km de la ciudad de Durazno. La escuela se conforma de una maestra y siete niños, de entre 5 y 11 años, que conviven en un salón multigrado. “Las familias están muy conectadas con la institución; la relación docente–familia es muy estrecha, con comunicación continua y constante. La maestra es considerada la referente de la comunidad y se la respeta muchísimo”, expresó Anna.
Las practicantes tuvieron la suerte de ser partícipes de la feria de clubes de ciencia, una instancia que nuclea a familias y la escuela de la zona. Los alumnos presentaron un dispositivo de autorriego: programaron placas micro:bit —una pequeña tarjeta programable del tamaño de la palma de la mano, diseñada para que aprender a programar sea fácil y al alcance de todos— para medir la humedad y encenderse en caso de que esta no fuera suficiente.
Por su parte, Matilde Reyes y María Marta Caballero visitaron la Escuela N° 21, en las cercanías de Villa Del Carmen, Durazno, donde la maestra enseña a tan solo 11 alumnos utilizando una metodología que implica plantear un tema disparador que sirve luego para todas las edades. “Fue una semana preciosa que enriqueció mucho mi formación docente,” afirmó Matilde.
Como reflexión final, Anna expresó: “Considero que estas vivencias dejan huella en nosotras y nos hacen repensar nuestras prácticas, sobre todo, nuestras rutinas agitadas, corriendo contra reloj. Media hora y cambiar de actividad, merendar en 10 minutos, sacarse la túnica para educación física, guardar todo y empezar la clase de danza. En el campo se corre menos, los tiempos de espera son otros, y parece más fácil apuntar a una educación que busque formar de manera integral”.