Estudiantes de Psicología concientizaron sobre el suicidio

Presentaron sus propuestas en stands en el edificio central de la Universidad
Estudiantes de Psicología concientizaron sobre el suicidio

Un juego de escape donde los protagonistas simulan ser los amigos de un joven que se suicidó y tienen que buscar señales que había dejado y nadie advirtió. Una serie de cartas que dan esperanza. Un juego con mitos y verdades sobre el suicidio. Estas y otras son algunas de las iniciativas presentadas por los estudiantes de 2° año de la Licenciatura en Psicología, que este 16 de octubre realizaron una jornada de prevención y concientización sobre el suicidio en la que participaron otros alumnos, docentes y personal de la Universidad.

La acción se enmarcó en el curso Psicopatología de Adultos y tuvo dos instancias. En el primer semestre los estudiantes investigaron sobre el tema y elaboraron propuestas, y en esta segunda mitad del año las llevaron a cabo y presentaron al público.

Estudiantes de Psicología concientizaron sobre el suicidio

 

“En esta instancia se busca que los alumnos de 2° año, que se están introduciendo en la enfermedad mental, sean conscientes de que son gestores de salud más allá del consultorio o el hospital. Además, es una acción de prevención que puede llegar a muchas personas, sobre un tema que nuestro país no tiene para nada resuelto, tal como demuestran las cifras”, expresó la docente María Alcira Frontini.

Animarse a hablar

Los estudiantes coinciden en este punto. Por ejemplo Camila Ayala señaló que “estas acciones son muy importantes para poner el tema sobre la mesa, hablar sobre el suicidio, que es un tema tabú, hablar sobre salud mental, y de esta manera concientizar y hacer prevención”. En su caso la iniciativa se llama “Punto y coma” y propone un espacio de salud mental para un liceo, con contenidos específicos para adolescentes.
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“En la parte teórica del proyecto tuvimos que aprender a hacer un trabajo de este estilo, a trabajar, investigar, y aprendí muchísimo; desde cuál es el índice de suicidio hasta cuáles son las señales a las que hay que prestar atención, o qué patologías tenían más prevalencia. Luego vino la etapa de pensar qué podemos hacer. Porque si bien somos estudiantes, ya somos agentes de salud mental y desde nuestro lugar podemos hacer para mejorar esta situación, aprendimos un montón”, recalcó la estudiante. Al interactuar con las personas que visitaban su stand, Ayala comprobó el valor el trabajo realizado y vio con satisfacción cómo la gente se informaba, sacaba fotos, se llevaba imágenes de los pósters… “estamos haciendo algo que funciona y me está ayudando para aprender”, reflexionó.

Razones para vivir, formación e inmersión

En la instancia teórica el proyecto mejor evaluado fue “Un millón de razones para vivir”, por su enfoque, fundamentación y medios elegidos. En la jornada este equipo presentó un tablero con motivos diversos e invitó a los visitantes a unir con lana aquellos que los interpelan. 1

Otro grupo planteó un juego –“detective en prevención”- de casos para distinguir señales y dialogar en base a eso.

Los “Viajeros” invitaron a cubrirse los ojos y ponerse auriculares para escuchar los pensamientos de Martín, un joven de 22 años con depresión, y poder hacerse cargo de su situación. Otro equipo propuso una serie de cartas que hubiera sido conveniente leer antes de suicidarse, en una acción que buscó dar una connotación positiva a uno de los elementos típicamente asociados a la autoeliminación, al tiempo que propuso mensajes empáticos hacia quienes padecen este riesgo.

No faltaron tampoco los juegos de preguntas y respuestas o mitos y verdades, todos ellos ocasión de dialogar y con eso ayudar a la prevención. “Las ideas frescas a veces ayudan mucho a vencer la desesperanza de que no se puede hacer nada”, consideró la Dra. Frontini, al tiempo que rescató el trabajo de los 32 estudiantes, el impacto de sus acciones en la sociedad y en sus propios entornos.

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