Charlas Leed
"Fuera de horario de clase, a la noche, en el LATU, con parciales y ola de frío: siento en todo mi ser el agradecimiento y amor por mis estudiantes, reunidos con el solo fin de conversar sobre libros que los inspiran. Un sueño cumplido", publicó en su cuenta de Twitter la alumni y profesora de la UM, Andrea Durlacher.
El 1° de junio los estudiantes de la Facultad de Ciencias Empresariales y Economía (FCEE) y de la Facultad de Ingeniería (FIUM) de la UM que cursan la asignatura Comunicación Profesional a cargo de la docente, presentaron libros que les resultaron inspiradores. La actividad se realizó en el edificio de FIUM, ubicado en el LATU, con entrada libre para todo público. En esta ocasión, Durlacher contó a Prensa UM sobre el proceso creativo de las charlas Leed y el resultado de la experiencia.
¿Cómo surgió la idea de la actividad?
Cada año mis estudiantes ofrecen a sus compañeros presentaciones excelentes sobre libros que los inspiran. Solía sentir que era una lástima que ese valor se restringiera a los oyentes del salón y así surgió la idea de las Charlas Leed. Este semestre, hicimos una votación interna de las presentaciones escuchadas y salió una favorita por clase para dictarse el día del evento.
¿Cómo trabajaron el proceso de las presentaciones?
Me enorgullece contar que supuso de una gran entrega por parte de los estudiantes ante el proceso creativo. Trabajamos de manera grupal para ayudar a cada orador, lo que implicó que sus compañeros se volcaran a aconsejar, de modo totalmente desinteresado, por el solo placer de ser parte.
¿Cómo resultaron las charlas?
Pienso que la jornada del 1° de junio no solo fue disfrutable en sí misma por el aporte de escuchar las charlas; sino que, además, esperamos que las presentaciones sobre los libros hayan motivado a la audiencia a querer leerlos. Son obras que, en muchos casos, marcaron un antes y un después en la vida de los estudiantes.
¿Qué te dejó la experiencia?
Rescato, sobre todo, la dedicación y el apoyo entre compañeros. Es una actividad que tiene, al menos, tres cosas que enriquecen enormemente la vida: los lazos, la comunicación y la lectura.