Docente y comunicador 360
La comunicación está inquieta. Daniel Supervielle, docente de la Facultad de Comunicación (FCOM) en la UM es un estudioso de los nuevos formatos, plataformas y expresiones de esta disciplina siempre cambiante. En su amplia carrera, que incluye la práctica del periodismo escrito, radial, la comunicación política y estratégica, así como la pintura, Supervielle ha tenido en mente la necesidad de mirar el aspecto positivo y constructivo de las cosas, entender las tendencias y generar herramientas para promover un país bien informado. Hace un año ingresó al equipo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) como director de Comunicación estratégica y política. Desde su rol, coordina los esfuerzos de posicionamiento de productos del centro, lo que quieren transmitir y cómo lo hacen. Así, junto con su equipo, promueve el objetivo de CERES de “elevar la calidad del debate público mediante investigaciones que puedan incidir positivamente en las políticas públicas del Uruguay, para hacer mejor la vida de los uruguayos”.
En la siguiente entrevista, el comunicador explica cómo trabajan en el Centro, con qué objetivos, en qué herramientas se apoya y qué propone en el aula de las clases de grado y posgrado para formar comunicadores 360. Además, transmite su alegría y orgullo por la elección de una pieza de arte de su autoría para la tapa del libro “Todo un país detrás”.
¿Qué objetivos se propusieron cuando entraste a trabajar en CERES?
Hoy (1 de julio, día de la entrevista) hace exactamente un año que empecé con este trabajo, convocado por el director, el economista Ignacio Munyo, quien me llamó y me dijo que teníamos que trabajar en un reposicionamiento del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social, tan relevante para la discusión, para la generación de políticas públicas en Uruguay. Entonces, tomamos tiempo para pensar y para diseñar la estrategia. Arribamos a la idea de un CERES de puertas abiertas, transparente en todo lo que sucede, incorporar un lenguaje audiovisual a todos nuestros productos y, a su vez, apostar a una dinámica de comunicación totalmente innovadora propia de la comunicación del siglo XXI. Esto es, utilizando las plataformas que nos brindan las redes sociales, conociendo su lenguaje, conociendo sus perfiles y propios públicos objetivos para poder transmitir lo que hace CERES. Dentro del objetivo de CERES está elevar la calidad del debate público mediante investigaciones que puedan incidir positivamente en las políticas públicas del Uruguay, para hacer mejor la vida de los uruguayos.
¿Cómo se traducen esos contenidos a los diferentes públicos? ¿o les preocupa que llegue a los medios y que ellos se ocupen de traducirlo a los distintos públicos?
Es un mix de las dos cosas. No subestimamos para nada la enorme importancia que tiene el periodismo y los diferentes medios de comunicación televisivos, radiales, periódicos y, a su vez, le agregamos a la vieja estrategia de CERES las estrategias de las nuevas autopistas de la información. Las utilizamos lo mejor que podemos, incorporando el lenguaje audiovisual. Por ejemplo, los explainers son videos donde tratamos de resumir lo que es el paper académico, diagnosticando el problema de la seguridad social en Uruguay en un video cortito, tratando de resumir para que sea de consumo atractivo, para aquellos a quienes les interesa empaparse rápidamente de la investigación que hacemos.
También hemos incorporado el podcast (que está en la vuelta como desde hace diez años), así que decidimos innovar desde esa herramienta, con un diálogo entre Ignacio Munyo y yo, algunos de los economistas y/o comunicadores que integran CERES. Ellos comentan lo que sucede en el centro de forma abierta. Queremos que la información que surge de las investigaciones, reuniones, encuentros, seminarios y cafés sean accesibles para toda la opinión pública, incluyendo el exterior.
Como docente en Comunicación, tanto en grado como posgrado, ¿qué herramientas claves enseñas en el aula a los nuevos comunicadores?
A los estudiantes de grado lo que me importa enseñarles es la responsabilidad de la comunicación y la formidable herramienta que es ligada al periodismo para generar sociedades más libres y democráticas. Las poblaciones mejores informadas son las que toman mejores decisiones. Entonces, si nosotros formamos comunicadores responsables, imaginativos, creativos, que se animan a buscar los límites, respetando la responsabilidad de lo que es comunicar, creo que estamos formando profesionales claves para promover las buenas democracias libres.
En la maestría es un poco diferente, por el nivel de los estudiantes, sus experiencias y lo que están buscando en la universidad, que es otra cosa. Ahí lo que trato de hacer es tener una mirada bien crítica y argumentada de lo que está pasando en este volcán -en erupción permanente- que es el paradigma de la comunicación. Lo que di en el 2016 ya en el 2022 está obsoleto, porque el mundo dio un millón de vueltas, cambiando las herramientas, el rol de la prensa, el periodista, con las fake news, las nuevas tecnologías, el exceso de la información, la desinformación, entre otras cosas. Trato de estar actualizado en ese cambio permanente que vivimos y compartir eso con los estudiantes de maestría.
En resumen, a los estudiantes de grado trato de formarlos en la consciencia de la importancia de la comunicación, del periodismo y el manejo de la información, de la opinión pública, experimentando con todos los formatos, utilizando la radio en vivo como herramienta. Ahí está todo (en la radio). En el vivo salen y puedo hacerles una corrección, o felicitarlos o hacerlos responsables en conjunto de la comunicación. Nadie puede ser responsable de la comunicación si antes no experimenta la comunicación con su voz, su cuerpo, su cabeza o incluso su respiración. Mientras que en la maestría me preocupo por ver juntos la dinámica de la disciplina en el momento.
¿Qué tipo de invitados traes al aula?
En posgrado he traído, sobre todo, periodistas. Periodistas con mucha experiencia, de CNN, Radio Carve, de distintos canales, para que cada uno cuente desde su rol cómo están percibiendo el cambio de la comunicación. Si hay algo que no van a poder sustituir las máquinas es el periodista que cubre o analiza un evento con su propia cabeza.
Entonces, en el master traigo generalmente periodistas, y en grado tratamos de experimentar con entrevistas a figuras públicas, deportistas, intelectuales, filósofos, pintores, etc., para aprender a entrevistar gente que tiene algo para decir.
Como todo comunicador 360 exploraste otras áreas que te hacen un pensador y un artista. Contanos sobre el arte de tapa del libro “Todo un país detrás” de Pablo Cohen, con la colaboración de la periodista Patricia Kolesnicov, que salió el 2 julio. Es un cuadro tuyo.
Se llama algo así como “Hinchada celeste”. Es una multitud con los colores de Uruguay. Y por eso Pablo Cohen la eligió. La pinté hace como cuatro años y está en el estudio Posadas, colgada en una pared. Que la haya elegido es un honor y una gran alegría, porque [significa] estar en la tapa de un libro que habla de lo mejor de los uruguayos, que habla el presidente de la República, el secretario de la Presidencia, un artista, un historiador como Gerardo Caetano, un ex presidente como Julio María Sanguinetti, que entrevista a Radi, Paganini y Cohen, explicando qué significó para ellos este apoyo honorario a Uruguay en un momento tan difícil. Y que todos esos nombres ilustres, famosos y conocidos estén indirectamente cubiertos por un cuadro mío en la tapa, me dio una gran alegría y gratitud hacia Cohen, que me eligió. Son esos mojones en la vida de artista que me dicen que voy por el buen camino.
Cuando empecé la serie “Multitudes” en el taller de [Fundación] Iturria, nunca pensé, primero, que iba a vender un cuadro, pero ya vendí unos cuantos; y, segundo, que un cuadro de “Multitudes” iba a terminar en la tapa de un libro de tiraje nacional, aunque ya la Konrad Adenauer me había hecho tapa de un libro. Se ve que la serie gusta, se vende, y a mí me encanta pintar.