Ingeniero UM en el mundial de handball en Egipto
El Ing. Facundo Liston, graduado de la Facultad de Ingeniería (FIUM), representó este año a la selección uruguaya en el mundial de handball en Egipto. Se trata de la primera vez que la selección masculina, dirigida por Jorge Botejara, logra clasificar a un mundial. Debutaron el 15 de enero frente a Alemania y jugaron dentro del grupo 1, que incluyó también a Hungría, Polonia, Brasil y España. “La experiencia fue realmente inolvidable, si bien he participado en otros campeonatos importantes, nada se compara a un mundial. Es lo máximo que puede aspirar un deportista”, comentó Liston a Prensa UM. En la siguiente entrevista, Facundo habla de su paso por la UM, sus principios en el handball y cuenta cómo fue participar del mundial en Egipto en enero del 2021.
¿Qué recuerdos tenés de tu paso por la FIUM de la UM?
Ingresé a la UM en el 2012 para estudiar Ingeniería Telemática y me gradúe cuando defendí la tesis en febrero del 2017. Realmente tengo los mejores recuerdos de la UM, para mí fue como continuar en el liceo por la calidez de los profesores y la cercanía con todos los funcionarios.
Mantengo contacto al día de hoy con muchos de los profesores, principalmente con los que fueron asesores durante mi carrera. Recuerdo con mucho cariño al personal de bedelía de FIUM a quienes constantemente estaba informando sobre mis viajes por deporte y haciendo “malabares” para acomodar las fechas de parciales y exámenes para no atrasarme en la carrera. Y, por supuesto, me acuerdo de mis compañeros... nos hicimos muy amigos.
¿En dónde trabajás en la actualidad como ingeniero telemático?
Tengo varios trabajos de asesor en empresas. Pero, mi principal trabajo, donde me despeño como ingeniero, es en Bold MSS, una empresa donde vendemos servicios a cableoperadoras. Allí soy encargado, entre otras cosas, de las plataformas de streaming y CDN.
¿Desde cuándo jugás al handball? ¿Cómo comenzó este camino hacia la selección uruguaya?
Jugar al handball para mí fue una coincidencia. La Scuola Italiana, donde estudié desde los tres años hasta los dieciocho, tiene un abanico muy amplio de deportes y ya desde muy chiquito me encantaba practicar todos los deportes que pudiera.
Cuando tenía once años me quedaba un día en la tarde sin practicar ninguno y el padre de un amigo, Jorge Botejara, era el entrenador de handball en el colegio y nos dijo a mí y a mis amigos si queríamos ir. Desde ahí, no paré.
En la actualidad, sigo jugando en la Scuola Italiana con el mismo entrenador, quien también es el entrenador de la selección uruguaya. En la selección hice todos los procesos juveniles e integré todas las selecciones formativas: sub 16, sub 18 y sub 21. En la categoría mayores debuté en los Odesur de Santiago de Chile en el año 2014.
¿Cómo ha sido complementar el estudio y el trabajo con el handball?
No ha sido fácil. Desde chico me han llegado ofertas para jugar en el exterior de forma profesional, pero nunca me tomé al handball como un trabajo, sino como un momento de disfrutar con mis amigos.
En las últimas ofertas que tuve para irme a jugar al exterior siempre contesto lo mismo: “no me siento jugador de handball, me siento un Ingeniero que juega al handball”. Y así me lo tomé, como una actividad extra. Esto significó llegar de entrenar a la 1:00 am, bañarme, cenar y ponerme a repasar para el parcial o el examen del otro día, o pedir a mis compañeros y profesores de mover algunos parciales de manera que pueda llegar de los viajes de selección.
También me tocó dar parciales y exámenes solo, “mano a mano” con el profesor en sus escritorios o mientras daban clases a otros grupos. Pero, de nada me arrepiento porque es lo que me apasiona. Con mucha dedicación y esfuerzo es posible realizar todo.
¿Cómo fue participar en el mundial de handball en Egipto en enero de 2021?
A diferencia de los demás países, aquí somos ciento por ciento amateurs. Mientras otros equipos realizaban giras por Europa jugando amistosos, preparándose de la mejor manera para el mundial, nosotros entrenábamos en cancha abierta (por las restricciones del gobierno con respecto a realizar actividad en espacios cerrados) y realizábamos el acondicionamiento físico en plazas públicas. Claro está que nada de eso nos desenfocó de nuestro objetivo.
Viajamos el 12 de enero rumbo a Egipto y retornamos el 27 del mismo mes a Uruguay. La experiencia fue realmente inolvidable, si bien he participado en campeonatos importantes, nada se compara a un mundial. Es lo máximo a lo que puede aspirar un deportista... la organización, las canchas, el ambiente, la prensa, todo.... jugar contra rivales que los veías en la televisión e intentabas copiar sus movimientos, sus jugadas. En fin, la vida de deportista de elite.