El Festival Internacional de Escuelas de Cine de la Escuela de Cine del Uruguay (ECU), que se llevó a cabo del 13 al 16 de agosto en la Sala Zitarrosa, proyectó cortometrajes enmarcados en las categorías de mejor ficción, no ficción, mejor animación, entre otros. El jurado estuvo compuesto por uno profesional y uno estudiantil, integrado por representantes de tres instituciones de formación audiovisual tanto públicas como privadas; en este caso, la ECU, la UM y la UDELAR.

La oportunidad le llegó a Eugenia Pérez. estudiante de la Licenciatura en Comunicación, a través de un correo de Diego Sardi, coordinador de Cine y TV en la UM, quien se expresó feliz de poder colaborar con el Festival y de contar con la confianza de los organizadores. “Al igual que varios de sus compañeros, Eugenia es una persona con un interés bien marcado y genuino en el cine que la ha llevado a ver e informarse mucho sobre diferentes películas, así como sus creadores y creadoras. Esto le permite ir desarrollando su criterio que, sumado a sus cualidades como persona y experiencia audiovisual, la hace una buena alumna para acercarse a las creaciones de otros estudiantes con el respeto y seriedad que la tarea de ser jurado implica” comentó Sardi.

A pesar del desafío que representaba ver 62 cortometrajes internacionales en menos de un mes, Eugenia aceptó sin dudarlo. “Soy bastante autoexigente, y cuando me presentaron la propuesta vi un desafío único y una oportunidad muy linda de desarrollarme y conocer gente dentro de la industria de la que quiero ser parte… Además, era la primera vez que llamaban a una persona de la UM” explicó.

Su recorrido por el mundo audiovisual
El camino de Eugenia hacia el cine comenzó en la infancia, cuando disfrutaba con la edición de videos por mera diversión. Aunque en un principio tenía la intención de estudiar Veterinaria, su amor por la creación audiovisual la llevó a elegir Comunicación en la UM, donde ha podido combinar su interés por el cine con otras áreas como el periodismo.

Desde que entró a la UM ha estado de forma recurrente involucrada en la producción audiovisual. Y aunque su pasión inicial era el montaje, pronto descubrió su interés por el rol de productor cuando cursó Producción Cinematográfica en el tercer año de la carrera. “En la materia aprendés a trabajar de verdad en equipo y a desempeñarte, en tiempo récord, en un rol que recién agarrás. Cuando le comento qué hacemos a amigos de otras instituciones les resulta un poco shockeante” reflexionó.

Su experiencia también ha estado moldeada por múltiples rodajes en proyectos de diversos grupos y generaciones en la carrera, y de un intercambio que realizó el segundo semestre de tercero a la Universitat Internacional de Catalunya, donde produjo un videoclip para dos cantantes que hicieron una canción juntas: Maren & Anne Lukin.

Qué significa ser parte del jurado
La participación en el jurado no solo representó un honor, sino también una valiosa experiencia profesional. Eugenia destacó que uno de los aspectos más enriquecedores de esta oportunidad fue “la posibilidad de compartir criterios técnicos y creativos con estudiantes de otras instituciones”. A la hora de evaluar los cortometrajes, explicó, se enfocó en aspectos técnicos y en la claridad de la narrativa.

Eugenia atribuye gran parte de este criterio a la formación recibida en la UM: “Desde la materia Edición y Sonido hasta la tesis de la carrera son muy categóricos con determinados aspectos de la edición. Que el sonido no ’pique’, que el plano no esté quemado o que la cámara esté en foco. Con respecto al criterio narrativo, diría que todo el que tengo es gracias a la UM” comentó.

“Fue hermoso, había muchísima alegría”
Luego de haber finalizado su participación como jurado estudiantil, Eugenia rememoró su experiencia en la noche del 16 de agosto. “Ese día estuvimos seis horas en Cinemateca debatiendo y Enrique, el coordinador del festival, se reía porque nos decía que nunca habían estado tanto tiempo los jurados. Pero bueno, teníamos mucho de lo que hablar”.

“Y bueno, el día de la entrega de premios fue tremendo. Lo que más me llevo fue la sensación de anunciar a los ganadores mientras que la Sala Zitarrosa se llenaba de aplausos y los directores subían al escenario. Fue hermoso, había muchísima alegría. También el hecho de que después, en la fiesta de cierre del Festival en la ECU, pude charlar con los realizadores de los cortos uruguayos y también con algunos de los jurados profesionales. Pude conocer mucha gente con tremendo talento, la pasé hermoso” concluyó.