Sebastián Auyanet
“La primera vez que estuve en una redacción me sentí como nunca me había sentido en otros entornos laborales. A partir de ahí solo fue amor por la profesión”, dijo Sebastián Auyanet al hablar sobre los orígenes de su pasión por el Periodismo. En 2002 se inscribió en la Facultad de Comunicación de la UM interesado principalmente en estudiar Publicidad. Por hobby, sin saber que en un futuro se convertiría en su estilo de vida, también cursó todas las materias de Periodismo. “Fueron instrumentos clave en mi orientación vocacional los profesores Josean Pérez Aguirre, Eileen Hudson y Enrique Etchevarren. Ellos me abrieron una puerta, insistieron mucho y me mostraron que había posibilidades para dedicarme a esto”, añadió.
Sebastián trabajó durante cinco años en el diario El País en secciones vinculadas a cultura y ciudades como periodista y crítico, además de publicar textos en revistas como Freeway y Zona de Obras. Luego fue el editor del suplemento O2- ahora Luces y Tendencias- de El Observador. Además, entre 2013 y 2015, fue responsable de desarrollar el área de Audiencias y Redes Sociales de ese medio.
Actualmente trabaja en el medio digital NowThis y vive en Nueva York, donde realizó durante el 2017 una maestría en Periodismo Social en CUNY (City University of New York) gracias a una beca Fulbright. Este año vuelve a Uruguay, donde continuará ejerciendo su profesión de periodista y editor en el diario El Observador, y como profesor de la Facultad de Comunicación de la UM.
¿En qué consiste tu trabajo como Periodista Social?
Mi trabajo está vinculado a cómo un periodista se puede acercar a una comunidad local o virtual (no tiene por qué estar en redes sociales) y encontrar la mejor manera de proveer la información y decir la verdad.
Se trata de poner al lector primero dentro del ciclo periodístico. Se lo toma como un insumo más. Se intenta, por distintos medios, meter a la audiencia dentro de las reuniones de planificación de una redacción. El público puede ayudarte a investigar mejor una historia que no vas a poder trabajar bien solo con fuentes, o puede "decirte" qué es lo que le interesa saber o conocer.
¿Y específicamente en NowThis?
Soy parte del equipo de lo que nosotros llamamos “realtime” (tiempo real) de noticias. Este equipo opera en la cuenta de twitter @newsroom, en donde todos los días hacemos hilos (o threads) de cosas que están pasando en el mundo vinculadas a los Derechos Humanos, la igualdad de género, la justicia social y el cambio climático. Son cosas que resuenan con nuestra audiencia, particularmente gente de entre 20 y 35 años.
Trabajamos en Twitter, así que una de nuestras grandes tareas al hacer breaking news ahí es verificar que el contenido que estamos levantando sea auténtico, y para trabajar en eso aplicamos métodos de adquisición de noticias y verificación, además de contactar gente que está donde las cosas están pasando. El modelo está de algún modo inspirado en el trabajo que Andy Carvin y Kim Bui desarrollaron en el medio reported.ly hace unos años.
Pero no es solo eso: NowThis es el principal publisher de noticias a nivel mundial en Facebook, algo que lograron dándole su propio estilo a los videos cortos de noticias y, de algún modo, definiendo lo que es un Video Social o Social Video. Tras crecer de forma tremenda, están incorporando un equipo periodístico que ayude a trabajar más en historias originales y reporteo propio, y el equipo de realtime que yo integro juega un rol muy importante en eso.
¿Qué te motivó a realizar una maestría en Periodismo Social en CUNY?
Decidí hacer este máster porque creo que, como periodistas, no nos hace bien estar aislados de las oportunidades de conversar con los lectores. El ritmo habitual de las redacciones no permite tener esa cercanía. Entonces, quería aprender a acercarme un poco más a la gente que consume noticias y determinar por qué muchas veces está descontenta con la cobertura que se hace, cómo la podemos incorporar en el proceso y hacer valiosa esa contribución.
Desde que estoy en la universidad hay reportes sobre la crisis del periodismo, entonces quería ver si, a través de acercarme un poco más a esos lectores, el periodismo puede hacer un servicio mejor. No es un sustituto del periodismo, sino un complemento a lo que ya se hace. Me interesó porque me daba la posibilidad de complementar y hacer de una mejor manera lo que ya hace una redacción.
¿Cuáles son los principales desafíos y obstáculos que tiene un periodista social?
En primer lugar, el desafío de ir a conversar sin pensar que uno es el que sabe cuáles son las necesidades de información de esa comunidad, sin acercarse con un prejuicio. Obviamente, como periodistas, tenemos las habilidades para poder discernirlo, pero lo tenemos que saber de primera mano desde adentro de una comunidad, sin intermediarios. El gran desafío es estar dispuesto a hablar con la gente sin menospreciarla ni ser condescendiente, y pensar de qué formas podemos darle voz sin que esto sea acercarle un micrófono una vez cada tanto o cuando pasa algo grave. Y tratar de trabajar con toda la información que, en potencia, tienen todos los miembros de una comunidad.
Y obstáculos entonces son los propios prejuicios y los que tiene la gente que está a cargo y que toma decisiones. Los que dicen: “Los lectores solo quieren notas de Bailando por un sueño”. Y también el pesimismo congénito que tenemos los periodistas con la profesión en general. Es un obstáculo cuando el escepticismo se transforma en esto otro que en definitiva resta. Yo quiero hacer periodismo con un poco más de ilusión mientras tenga la chance de hacerlo.
¿Qué importancia tienen y qué rol cumplen las redes sociales y nuevas tecnologías dentro del Periodismo Social?
En que es una manera de vincularse con la gente de forma más directa. Pero es importante aclarar que esto no es “periodismo de redes sociales”. La idea es llegar a la gente en el lugar en que esté y de la mejor forma posible. De pronto, ni Facebook ni la página de un medio son los lugares ideales para llegarle, y yo quiero llegarle mejor a la gente que necesita la información que yo tengo.
Entonces también es eso, es tener capacidad de adaptación y apertura para encontrar el mejor camino para hacerlo. A los periodistas nos cuesta porque estamos acostumbrados a la nota en papel, o al informe de un par de minutos en la tele, y de hecho todavía nos cuesta asimilar que la gente va a venir cada vez menos a dónde estamos y que hay que salir a buscarla en los lugares donde esté: Facebook, Instagram, en un centro comunal o en un teatro. Las redes sociales son importantes porque aceleraron la asimilación de la idea de que se puede medir un insumo periodístico y eso introdujo, de a poco, las analíticas. Y está buenísimo para medir el efecto real de las noticias más allá del tráfico. Además, creo que todo lo que se puede medir se puede mejorar. Todavía en los medios de prensa, lo que se mide o mejora es en base a lo que pensaba alguna persona. Eso sigue pasando, pero ahora sabemos que hay una forma más justa y certera de hacerlo. Y por eso muchos medios lo están haciendo en serio.
¿Qué le aconsejarías a un alumno que quiere dedicarse al Periodismo Social?
Que tenga claro que hay oportunidades de hacer periodismo reales y súper importantes para comunidades que no están quizá tan incluidas. Que se concentre principalmente en mirar a quiénes no están siendo informados, quiénes están afuera de esa dinámica. Que mire mucho lo que están haciendo medios como ProPublica en proyectos como Maternal Mortality o Spaceship Media juntando votantes a favor y en contra de Donald Trump. Y que entre a foros como Gather, donde la comunidad de periodistas que trabajan con las audiencias está compartiendo experiencias sobre cómo hacer esto todo el tiempo. Y, sobre todo, que tenga claro que esta área recién está empezando y que más que una fórmula (que no existe tal) es una mentalidad. Hay un montón de oportunidades, pero también hay que animarse y crearlas. Y en Uruguay el ecosistema de medios emergentes está creciendo con cosas arriesgadas en muchos casos que van por otros lados, pero está bueno intentar subirse a eso proponiendo algo distinto ya desde que salís de la carrera.
Nota realizada en 2018.